Una de las fechas relevantes que se conmemoran en Córdoba como parte del proceso de independencia es, sin duda, el 21 de mayo de 1821, gesta heroica en la cual participaron durante seis días, tanto tropas del ejército insurgente como pobladores de la entonces Villa de Córdoba y sus alrededores; para defenderla de los ataques de las fuerzas realistas.
En la memoria colectiva se ha quedado grabado el 21 de mayo como aquel día en que los habitantes de este lugar tuvieron que librar una feroz batalla, no obstante, pocos recuerdan que el inicio de la lucha fue el 15 de mayo y para la madrugada del 21, las fuerzas del rey Fernando VII, al verse acorralados por los insurrectos, ya habían abandonado el lugar.
Acorde a los relatos sobre los hechos acontecidos se conoce que, en los primeros días de marzo de 1821 estando en Orizaba la guarnición realista del capitán Antonio López de Santa Anna; se acercaron los insurgentes y tuvieron varios encuentros, dando como resultado que a la llegada del coronel José Joaquín de Herrera, Santa Anna decidiera unirse a las fuerzas independientes.
En la mañana del primer día de abril, la comandancia de la villa de Córdoba a cargo del comandante realista Alcocer, fue entregada. El entusiasmo de la población ante la entrada de José Joaquín de Herrera a la villa, se demostró con el repique de las campanas y un banquete.
Era inminente un ataque por parte de las fuerzas realistas. Por esa razón, se comenzaron a realizar trabajos de fortificación en los primeros días de mayo, así como la construcción de pozos y parapetos (trincheras) en las cuadras cercanas a la plaza. Durante este tiempo, comenzaron a acercarse grupos insurgentes para apoyar a la causa.
Cincuenta hombres de El Palotal, sesenta negros al mando de Fernando Segura, la compañía de Pascual de los Santos de Amatlán, la compañía de rancheros de Cuichapa y cien soldados de Veracruz; fueron engrosando las filas de los insurgentes para defender la villa. La participación de otros militares como el capitán Félix Luna y demás cordobeses armados, fue relevante en la defensa de Córdoba.
El primer encuentro sucedió la mañana del 15 de mayo en la barranca de Villegas, lugar en dónde las tropas a cargo de Francisco Hevia, un temido coronel realista, se enfrentaron a los hombres de Félix Luna, quién al no poder contenerlo, dio la retirada para avisar a la gente de la villa. Esa misma tarde, a las 3.30, las tropas del rey estarían entrando por el área del barrio de San Sebastián.
Los cinco días subsecuentes serían días de zozobra, incertidumbre y desasosiego. No obstante, el arrojo de las fuerzas independentistas y de los pobladores de la villa y la región, dio fruto para el día 20 de mayo. Los realistas al tratar de sitiar la plaza resultaron sitiados y, muy probablemente afectados por la pérdida del coronel Francisco Hevia en el segundo día de batalla.
Para las 3 de la tarde de ese día, el coronel Herrera les solicitó la rendición a los realistas y, en respuesta el comandante Blas del Castillo, pidió un alto al fuego para convocar a una junta de guerra. Ambas partes suspendieron los ataques
Sin embargo, a las 10.30 de la noche, las tropas del rey volvieron a atacar en dirección a la plaza. Esta acción, fue una estrategia para distraerlos, pues mientras unos arremetían, el resto de los realistas huían en la oscuridad. El tiroteo se prolongó hasta las 11.30 de la noche cuando se hizo un silencio total. Como ya se mencionó en un inicio, el día 21 de mayo, los insurgentes celebraban la victoria.
Acorde a la información histórico documental, dos años después, el ayuntamiento de la villa solicitó a la diputación se le permitiera celebrar de manera anual este glorioso acontecimiento. De tal manera que, el 19 de junio de 1823 se dio la autorización para conmemorar cada 21 de mayo. La defensa de la villa de Córdoba le mereció la denominación de heroica en 1880 y, en 1895, se construyó el obelisco de mármol que actualmente se encuentra en el parque 21 de mayo, como un reconocimiento a la valentía y bravura de todos quienes defendieron con su vida a Córdoba.